08 julio 2014

Desafio Canal de Castilla 2014

Aunque de esto ya he ido colgando fotos y cosas en mi facebook, aquí tengo más sitio para contar cómo fue mi primera experiencia traumática en la bici, así que allá va.

El Desafío Canal de Castilla  ha sido mi primera prueba ciclista y uno de los primeros retos conseguidos. Es una marcha cicloturista que recorre los 150km. que hay desde el nacimiento del Canal de Castilla, en Alar del Rey, hasta su final en Valladolid. La prueba discurre los los caminos de sirga que se encuentran junto al cauce del canal.

Cargamos las bicicletas en camiones y a nosotros en autobuses y salimos hacía Alar del Rey, inicio del recorrido. A las 10, tras un homenaje a Miguel Delibes, arrancaba la marcha. Los primeros kilómetros sirvieron para tomar contacto con el camino, con la bici, con marchar en grupo (siempre salgo solo). Salí bastante retrasado, pero en las pistas, con un bici de ciclocross, vuelas. Pero no era cuestión que quemarse, así que enseguida ajusté la marcha a unos 20km/h.

En seguida llegamos a Herrera del Pisuerga; un tramo de asfalto que me volvió a demostrar que la Sensa Fermo había sido una buena elección. Al volver a entrar en el canal vino el primer problema: al beber, se me cayó la boquilla de la bolsa de hidratación y tuve que deshacer el camino hasta que la encontré. Arranque de nuevo y al poco me di cuenta de que no llevaba el cuentekiklómetros. Pensé que lo habría perdido cuando llevaba la bici de la mano buscando la boquilla, así que volví de nuevo. Cuando lo encontré ya me habían pasado todos.

Pero bueno, seguí a mi ritmo sin agobios, sin forzar. Continué solo hasta que en un momento llegué a la cola. Estábamos todos parados, en fila, sin saber por qué. Avanzamos andando y al fin vimos el motivo: un árbol se había caído esa noche y había cortado el camino. Pasamos sobre él, pero el pelotón se había estirado mucho. A partir de aquí, hasta la primera parada, rodé con otros compañeros de ruta que hicieron el camino muy agradable y llevadero. Tras 60 km y casi 5 horas, llegamos a Frómista a las 15h, la primera parada para reagruparnos. Casi 2 horas de retraso de lo previsto.

Después de una parada para reponer fuerzas y comer algo, continué con el siguiente tramo hasta Palencia. Lo hice en solitario, rodando rápido, disfrutando del canal. En esta parte soplaba en viento de costado y era incómodo, pero llevadero. A las 17.30h llegue al parque donde estaba programada la parada, había sandía y melón para refrescarnos. Cargué de agua y empecé la última parte.

Casi nada más salir coincidí con José Antonio. Salimos los dos sin prisa, charlando todo el camino (si, lo sé, sorprendente en mi). Para él era el segundo año que lo hacía y ya conocía ese último tramo. Gracias a él no me desesperé, porque es un tramo realmente extenuaste, todo llano, entre campos, sin referencias otra vez y con una meta que en lugar de acercarse parece que se alejaba. Llegamos a Dueñas relativamente descansados y afrontamos el tramo final.

La última media hora fue un suplicio. Ya no sabía como colocarme en la bici; me había quedado sin agua y me empezó a doler un poco la cabeza (imagino que una mezcla de cansancio y deshidratación); las piernas iban solas con el piloto automático. Realmente, debe ser como la sensación de los últimos kilómetros de una maratón: se acaba con el corazón, porque la cabeza y el cuerpo te dicen que lo dejes.

No sé si lo hubiera acabado si no llega a ser por los compañeros de camino: entre los cuatro nos íbamos animando y se hizo más llevadero (además de eterno). Ya me lo habían advertido: cuando llegas a Dueñas piensas «ya estoy, ya solo quedan 25 km», pero son 25 km que no acaban nunca. Además, yo nunca había salido por allí y no tenía ninguna referencia de por dónde iba o cuánto quedaba.

Al final, la llegada, con los voluntarios dándote la enhorabuena. Caras de cansancio, músculos que no podían dar una pedalada más,  y la sensación de haberlo consesguido. Mi primer reto en dos ruedas superado, con más pena que gloria. Subestimé en Canal de Castilla y me pasó factura. He aprendido a no hacerlo la próxima vez.

Ahora, a descansar y a seguir rodando. Pienso seguir como hasta ahora, tratando de superarme en cada salida, de disfrutar de la bici, esperando a la siguiente prueba. Me hubiese gustado probar este año el GP Canal de Castilla (la Paris-Roubaix castellana) o la marcha ciudad de Valencia, pero tengo otros compromisos para esos días.

Aquí está el track de la marcha en wikiloc y mi seguimiento del desafío en runkeeper (los tiempos no son reales, solo el final)

Y para acabar, os dejo el vídeo que grabaron los Amigos de la MTB. Salgo alguno de los ratos que los pude acompañar, cruzando Herrera del Pisuerga y luego en el tramo del Acueducto de Abánades.



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