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Otra opción es llevarlo detrás, o en soportes especiales para bola de remolque o en portabicicletas de portón. El problema de los primeros es el precio: tienes que sumar al portabicicletas (que no es barato) la bola de remolque y la conexión para las luces (freno y marcha atrás). Pero es la más robusta y la mejor para viajes frecuentes. En el caso de los portabais de portón, el inconveniente es que te lo deja bloqueado hasta que descargas la bici. Y si el coche es pequeño, debes desmontar las ruedas porque está prohibido que supere la anchura del coche (contando los retrovisores). Y otra restricción es que la carga no puede sobresalir por detrás más del 10% de la longitud del vehículo. Por ejemplo, el mío, que tiene 4,8 m., la carga no debería sobresalir más de 50 cm (redondeando). Como ves, no es mucho. Además, hay que señalizarla con una placa V-20 siempre. Y si tapas la matrícula o las luces, hay que añadir un soporte para la matrícula y luces, con la correspondiente instalación de la conexión trasera. Está todo indicado en el artículo 15 del Reglamento general de circulación.

Y si realmente te llevas la bici en cada viaje y sales a competir, puedes llegar al extremo de este coche diseñado para triatletas, con ducha, secador para neoprenos mediante ozono, licuadora, macaneador en los asientos… seguro que alguno ya estás salivando.
¿Y tú? ¿Cómo llevas la bici en el coche?
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