Los requisitos eran
- de aluminio: ni el prespuesto, ni el uso ni mi nivel hacen ue necesite un cuadro de carbono
- monoplato: reconozco que esto es un capricho y me apetecía probarlo. Si no, con doble plato también me apañaba, al menos SLX
- semirígida o hard tail: vamos, con suspensión delantera solo. Como en el caso del aluminio, por presupuesto, nivel y uso no tiene sentido para mi tener una de doble suspensión. Y eso me iba a dar un peso extra y una complicación mecánica a la que no le iba a sacar partido
En cuanto al resto de componentes no tenía ninguna preferencia, ni siquiera por el tamaño de la rueda (aún). Y por marcas tampoco. Pero viendo la bici que Mercé Sanjuán había llevado a la Titan Desert y que SRAM había sacado el modelo de su cambio Eagle GX, más económico, me apetecia mucho tener una bici con él: monoplato y con un cambio de 12 velocidades 50-10 atrás.
Así que me puse a buscar en internet y la verdad es que había pocas alternativas: el Eagle GX o no lo montaban o eran bicis fuera de mis posibilidades (la mayoría de carbono). Así que tenía que elegir básicamente entre la Conor WCR Team GX, una Cube Reaction Race, de MMR, los modelos Woki 29 10 y Kendo 29 10. Las otras estaban ya e otra liga, como la Berria Bravo Equipe 5S y la Rockrider XC900, que se pasaban ya al carbono.
Menos mal que mi asesor particular (y el que me lleva por la calle de la amargura cuando intento seguirle ;-) me dió un montón más de posibilidades prescindiendo el Eagle. Y también me convenció de las ruedas de 29", que yo no tenía claro. Así que era hora de levantar el trasero de la silla y buscar algún sitio que las tuviera físicamente.
Después de verlas, comparar prestaciones, que me comentaran diferencias (yo no soy experto y llega un momento en el que no veo diferencias) y, sobre todo, los precios al que quedaban, la elegida ha sido la MMR Kendo 29 10. Un pepinaco que posiblemente sea demasiada bici para mi, así que tendré que ponerme a la altura.
La horquilla es una Rock Shock Reba RL. Creo que hubiera sido suficiente con un modelo inferior, pero en el precio no había gran diferencia. El cambio, finalmente es el SRAM Eagle GX de 12v, con coronas de 10-12-14-16-18-21-24-28-32-36-42-50. Y lleva un solo plato de 32T. Vamos, que es como si hubiera intercambiado los platos y los piñones de mi otra bici (otro día os la presento formalmente). Y del resto, ruedas Mavic Crossride de 29", con cubiertas Hutchinson Cobra tubelizadas (eso lo descubrí después), manillar Ritchey, sillín Selle Italia X1, frenos de disco hidráulicos y, no sé, ¿algo más?
Y sobre el precio, me vais a perdonar pero no se pregunta la edad de una dama ni el precio de una bici ;-)
La he probado ya en salidas habituales para poder comparar y estoy encantado con ella. Claro, que tenía mucho margen para mejorar. De momento no le he metido mucha caña: me estoy acostumbrando y tengo que aprender a manejarla mejor, porque ahora puedo meterme por sitios que antes eran inalcanzables (la primera prueba de fuego serán las antenas de La Rodana).
De lo que no me arrepiento en absoluto es del monoplato ¡una pasada! Pensaba que me iba a costar más mover la bici con él o acostumbrarme, pero para nada. Subiendo aún no he llegado a poner el de 50 y con 32 o 36 lo hago casi todo. Y llaneando, llegas a 40 km/h sin perder pedales. De hecho, en la tabla de desarrollos se ve que con 32x10 gano casi un metro por pedalada al 34x12 que llevo en la de ciclocross, o prácticamente lo mismo que un 50x15 con el plato grande, que es un desarrollo muy habitual en mis salidas.
Ahora, toca elegir un reto para medirnos mutuamente, y creo que el duathlon-cross del Cerro de las Contiendas me está haciendo ojitos para el 2019
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